Tras vivir en Nueva Zelanda regresó a Algodonales y cumplió su sueño de ser profesor de parapente

David dejó su pueblo, Algodonales, Cádiz, para trabajar en mantenimiento en ciudades como Marbella o Madrid, pero su sueño era ser profesor de vuelo en parapente.

Esto lo llevó a vivir a países como Nepal o Nueva Zelanda, a casi 20.000 kilómetros de su familia.

Ahora, David ha podido regresar junto a ellos, ha montado su propia empresa y surca los cielos de su pueblo, uno de los mejores lugares del mundo para volar.