Vicente Adrián tiene 32 años, nació en Buenos Aires y trabaja en la industria farmacéutica en la elaboración y fraccionado de medicamentos inyectables.

Para él la familia lo es todos. Está casado y tiene tres preciosas niñas de 11, 4 y 1 año; de las que, como él mismo afirma, está enamorado.

En 2008 lo operaron a corazón abierto, un duro momento que no podría haber superado sin el apoyo familiar. Y ese mismo año falleció su abuelo, al que le debe todo el amor que siente por Andalucía.

Su abuelo, Eduardo González, nació en Málaga en 1932. Trabajó como pescador, lechero y cocinero embarcado. En 1950, tras la muerte de su padre, emigró a Argentina con la idea de volver cuando pasaran los conflictos bélicos que había en España y Europa; pero conoció una guapa italiana con la que decidió formar su familia.

Quiere venir a Andalucía porque tiene una cuenta pendiente con su abuelo. Le gustaría haber venido con él, pero lamentablemente no pudo. Ahora quiere cumplir su deseo: “él quería que conociera su tierra, que también es la mía”.

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