Agencias 11 enero 2017

Diego |   Familia Cortés  

Sus 220 kilos de peso han convertido su cuerpo en una cárcel. Está condenado a vivir como un anciano con sólo 32 años. Tiene hipertensión, colesterol, apnea del sueño, se asfixia y tiene que dormir en un sofá. Todo le cuesta un esfuerzo extraordinario. Ni siquiera puede bañar a sus 2 hijos. Hace tiempo que se convirtió en una persona dependiente de su madre, Antonia y su mujer, Sara. Simplemente se ha resignado a ello. El problema es que Sara, su mujer también tiene obesidad y no puede ayudarlo tanto como quisiera. Se queda dormido en cualquier sitio algo que le preocupa porque es vendedor ambulante y está todo el día al volante. Sus problemas de salud son tan graves que un simple resfriado puede llevarlo a urgencias. Pide ayuda emocionado porque tiene miedo a morir joven. Diegote es una persona noble y sensible.

ES NOTICIA