Con el fin de conocer el humor de los habitantes de diversas localidades andaluzas, el espacio se instala en la peluquería, el mercado, la peña o la panadería. La idea es estar presentes en lugares que los vecinos recorren a diario, pero camuflando las cámaras para pasar inadvertidos. Ahí, en esos lugares, los ‘ganchos’ atraen a las ‘víctimas’ de nuestras cámaras ocultas y todos comprobamos cómo es la reacción de estos vecinos ante situaciones de lo más curiosas, inesperadas y divertidas. El programa celebra, asimismo, una gran gala en la que todo el pueblo disfruta y comenta las cámaras grabadas.