ATV. SABADO, 22:40 HORAS
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Documental: 30 años de oscuridad

Película que mezcla el género documental con la novela gráfica de animación, sobre los llamados "topos de posguerra", unos hombres que permanecieron durante los más de treinta años de dictadura ocultos en sus propios hogares, encerrados por miedo a salir y tener que enfrentarse a las consecuencias que les reportarían el pensar de una manera diferente. 

El largometraje 30 años de oscuridad no es un documental precisamente sobre la Guerra Civil española. Va más allá. Habla de los años posteriores a la guerra y en este sentido no se trata de uno de los documentales que se acercan al conflicto bélico. Lo peor de las guerras no está solamente en las víctimas que causan, sino en las consecuencias que provocan. Como otros países, España vivió una etapa de régimen dictatorial que pisoteó los derechos humanos. Y, mientras ante el mundo se mostraba un país que vivía un proceso de modernización, en el interior de las casas de los “topos” se vivía el auténtico drama de la pérdida de la libertad.

La película que emite Andalucía Televisión este Lunes 25 de marzo (22:30 horas) 30 años de oscuridad habla de cómo afecta la guerra a las familias, sean del bando que sean. Los personajes van desde aquellos que estuvieron claramente implicados políticamente, hasta los que se sintieron encerrados en medio de una lucha fratricida que no entendían. 30 años de oscuridad es, ante todo, una historia de supervivencia. Y en este sentido plantea una mirada universal hacia una problemática local.

La película que se estrenó en 2011, está dirigida por Manuel H. Martín, con la música de Pablo Cervantes Gutiérrez. Obtuvo la nominación al premio Goya a la Mejor Película Documental

Los historiadores nos han dicho que la Guerra Civil española terminó en 1939. Para los "topos" la guerra terminó mucho más tarde, treinta años después, en 1969, cuando un documento publicado en el Boletín Oficial del Estado “perdonaba” los supuestos “crímenes” que habían cometido.

Tras el final de la Guerra Civil, Manuel Cortés, antiguo alcalde de la localidad malagueña de Mijas, no tuvo ocasión de escapar de España. Tras un largo y peligroso camino de regreso a casa, consiguió llegar de noche a su casa sin ser descubierto. Su mujer, Juliana, le advirtió de los numerosos fusilamientos que se estaban llevando a cabo en el pueblo. Ambos decidieron abrir un pequeño hueco en la pared donde Manuel podría esconderse. Manuel Cortés nunca pudo imaginar que aquel pequeño espacio tras la pared se convertiría en su cárcel particular durante 30 años.

Esta es la historia de los llamados “topos de la posguerra”, que tuvieron que sacrificar una vida entera para huir de la represión.