De la encuesta a trabajadores se desprende que hay quienes no tienen tiempo ni para fumar, porque no paran.
Los fumadores creen que la pausa del cigarrito les permite un respiro y disminuye su estrés.
La polémica está servida: entre no fumar y tener días extras de vacaciones o seguir fumando y tener que recuperar el tiempo de esas pausas laborales, las personas que trabajan siguen aferrándose a sus hábitos. Así que los que no fuman estarían encantados con conseguir más días libres porque sí, y los fumadores prefieren mantener su costumbre y hacer pausas, a las que además atribuyen una muy necesaria reducción de sus niveles de estrés laboral.
Y luego están los que no pueden ni planteárselo, porque en sus puestos no pueden permitirse parar ni un momento desde que entran hasta que salen del trabajo. Con todos ellos y ellas ha hablado Andalucía Directo.