LA TARDE CON MARILÓ MALDONADO
<
LA TARDE CON MARILÓ MALDONADO

Una auténtica 'Superwoman': supera cuatro cánceres y el covid

Ana Belén Mínguez pide que "no nos confiemos, he luchado dos veces contra el bicho y si te pica fuerte es duro"

"En 45 años nadie me ha dado un abrazo como el de una señora en la UCI que me dijo que se moría y no quería hacerlo sin un abrazo. Esa misma noche falleció; eso es ponerle cara a la muerte" 

26 mayo 2020

Se llama Ana Belén Mínguez, tiene 45 años y es una periodista y empresaria de Murcia. Pero su vida es una lucha continúa y de todas ha salido victoriosa. En La tarde con Mariló Maldonado ha contado su historia de superación y supervivencia entre risas, con una alegría y vitalidad que sorprenden cuando se hace un repaso por su historial médico: cuatro cánceres superados entre 1999 y 2015 (de tiroides, mama, ovarios y endometrio), que la han hecho pasar por más de un centenar de ciclos de quimioterapia a lo largo de su vida y por varias operaciones, además de dejarle importantes secuelas con un dolor crónico con el que convive a diario con parches de morfina. Todo eso no le ha quitado las ganas de trabajar con su empresa de organización de eventos y conciertos y tampoco las de viajar: fue precisamente tras volver de Egipto, donde tiene previsto impulsar un proyecto con mujeres locales, cuando se encontró de cara por primera vez con el coronavirus a finales de febrero pasado.

Precisamente ha sido con la infección por el covid cuando más cerca ha visto la muerte. De hecho, en la primera ocasión que fue ingresada "entre en la UCI en parada", y en la segunda "con 33 grados en el cuerpo y vi como traían para mí una manta de esas que se ponen a los cadáveres y pensé que me daban por muerta". No ha sido la única vez que ha visto la muerte cara a cara, la vio en una paciente que la acompañaba en la UCI "una mujer de unos setenta y pico, que tenía dos hijas a las que, claro, no se les permitía verla, que una noche me dijo que se moría, y que no quería hacerlo sin un abrazo. Como las enfermeras no podían hacerlo, les pedí que me quitaran todo lo que yo tenía puesto que yo como infectada sí podía y te juro que en 45 años que tengo nadie me ha abrazado así en mi vida. Esa misma noche murió, así que eso es ponerle cara a la muerte", ha subrayado ahora que ve "relajación" en la desescalada.

No era partidaria al principio de la pandemia de mostrar imágenes duras con el sufrimiento y el miedo que había en la sociedad, pero ahora dice "habría que hacer como con las campañas de tráfico y mostrar ciertas imágenes porque cuando me asomo al balcón de mi casa en Murcia veo que estamos como si no pasara nada y no hay que bajar la guardia porque yo que he luchado dos veces contra el bicho puedo decir que cuando te pica fuerte es duro".

ES NOTICIA