¿Se imaginan cómo sería la vida sin radio?

Si a esta hora nos escuchan es porque tienen la radio encencida, ya sea en la cama mientras despabilan, en el baño, en la cocina, en el coche, en la garita de vigilancia, en una habitación de hospital o en una celda de la cárcel; mientras hacen gimnasia, caminan, van al trabajo o vuelven de él los currelas de la noche. Se me ocurren cientos de espacios donde a esta hora puede estar sonando una radio. ¿Se imaginan cómo sería la vida sin radio?

Es difícil de imaginar tal silencio y lo digo no solo como quien habla sino como oyente que escucha radio a todas horas. Y ustedes que me oyen a esta hora, parroquianos y oyentes habituales, se preguntará por qué les hablo hoy de la radio y no del Mobile, de la dimisión de Teresa Sánchez, de la bronca en el congreso o del fantasma del coronavirus que recorre el mundo… Pues lo hago porque es el Día Mundial de la Radio y me van a permitir este atrevimiento por un día de hablar del medio que nos permite comunicar y conectarnos cada mañana.

Decía Antonio Machado, poeta andaluz y profeta, que la poesía es la palabra en el tiempo; siguiendo su senda para mí la radio es la palabra A tiempo. Una palabra dicha en la radio es como la semilla lanzada por el sembrador sin saber dónde caerá ni como será recibida, como las ondas de la piedra al caer en el agua que se expande una y otra y todo lo inunda. Cada la palabra encontrará un oído diferente y, tal vez, de allí vaya directa al corazón y acompase su latido, con su alegría o con su tristeza, con su ilusión o con su pensamiento.

No sabría explicar lo que siento cada mañana cuando digo Buenos días Andalucía, pero sé que mi voz va desde Ayamonte a Pulpí y desde Hinojosa a Tarifa, a esa gran Andalucía a la quiero acercarme y despertar. Bendita la radio que me permite intentarlo cada mañana y celebrémoslo con un buen programa.... gracias por la escucha.