"El enganche al móvil me costó el matrimonio"

El smartphone va siempre con nosotros. Lo utilizamos para todo y probablemente mucho más que para hablar: navegar por internet, whatsapp, otras redes social, comprar, jugar... Luego están las otras pantallas: la televisión, la tablet, y el ordenador para trabajar, o el portátil. Y además, son millones los usuarios que utilizan sus móviles como despertadores, o los que lo miran mientras comen, o en el baño. Incluso los hay quienes lo utilizan mientras practican sexo. En el programa La hora de Andalucía le hemos preguntado a nuestros oyentes y nos han dejado auténticas perlas y dramas, como perder el matrimonio o estar enganchados al móvil sólo para jugar por internet.

Se llama nomofobia a la dependencia que tenemos a los teléfonos inteligentes. Un miedo irracional que aparece cuando nos olvidamos o lo tenemos sin batería. Y esa dependencia provoca trastornos. Tantos que alteran nuestra conducta influyendo en la convivencia más estrecha, como la familiar. Es un mal ejemplo para nuestros hijos además de un problema muy serio que suele necesitar de tratamiento psicológico. También afecta al entorno laboral. En total son más de 11 horas conectados a internet, según un estudio realizado por la empresa demoscópica Sondea para Multiópticas. 

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