¿Se puede ser feliz durante toda la vida?

En este miércoles celebramos el Día Internacional de la Felicidad. Es una iniciativa aprobada por la ONU en 2013, que pretende reconocer así la relevancia que tiene la búsqueda de este objetivo humano, al que la propia Naciones Unidas califica como fundamental.

Además, invita a todos sus estados miembros y a la sociedad civil en general, a promover mediante nuevas medidas y políticas públicas la felicidad y el bienestar de todos los pueblos. La propuesta llegaba de Bután, un pequeño país situado en pleno Himalaya, que reconoce la felicidad nacional por encima de los ingresos nacionales.

La felicidad ha sido una búsqueda constante en la humanidad, una meta que para muchos parece inalcanzable y que cada uno define a su manera. La felicidad es un sentimiento complejo, del que muchos filósofos han venido reflexionando y sobre el que no hay respuestas claras. 

Cada vez son más los estudios sociales y biológicos sobre el tema. En la actualidad, muchos psicólogos creen que nuestro bienestar se puede cuantificar y aseguran que podemos poner en práctica una serie de estrategias para promover nuestra felicidad. La felicidad puede aprenderse y enseñarse. Conectar con la gente que nos rodean, salir de fiesta, controlar nuestra mente, buscar una meta, ver la tele, hacer deporte, la religión o ser más amables son algunas de esas estrategias. Estrategias que son responsables del 52 por ciento de nuestra felicidad el 46 por ciento restante depende de nuestra personalidad. 

Los expertos aseguran que la felicidad es contagiosa.

Una persona tiene un 15 por ciento más por ciento de probabilidades de sentirse feliz si está conectada con su alter feliz. Tener amigos alegres incrementa un 9 por ciento nuestras probabilidades de ser feliz en el futuro. Y convivir con una pareja dichosa equivale a un 8 por ciento de felicidad.

Las personas felices tienen mejor salud física y psíquica y viven entre 8 y 10 años más que las demás. La definición de felicidad cambia de persona a persona y de época a época. A lo largo de nuestra vida nuestras prioridades cambian, adaptándose a las necesidades de la edad. La ciencia ha determinado, por fin, cuál es nuestra edad más feliz. Y no es durante la juventud cuando más disfrutamos de la vida. La felicidad empieza a los 60. Según diversos estudios, los mayores son más felices que los jóvenes y los hombres más que las mujeres, pues estas alcanzan la felicidad más tarde.
Para llegar a esa conclusión, aseguran que para ser felices debemos aprender a perdonarnos, reconciliarnos con nosotros mismos y coger las riendas de nuestras vidas y es en torno a los sesenta años cuando comenzamos a conseguirlo.

Se habla tanto de felicidad que parece que estamos obligados a hacerlo, hay quienes a esto le ha dado ya un nombre, happycracia. Para no frustrarnos ni obsesionarnos con ella, hay que tener en cuenta que la felicidad continua es posible, porque la vida tiene momentos de altos grados de felicidad, pero también de aburrimiento, de tristeza y momentos desgarradores, por lo que hay que disfrutar de esos pequeños momentos felices.

Analizamos este asunto en el Tema del Día de La hora de Andalucía. Este programa y todos los de Canal Sur Radio los tienes en La radio a la carta.