Un extraodinario ejemplo de dignidad en el IES Álvarez Cubero
Ahora que otra vez vuelve la bronca en torno a la enseñanza pública, por la importancia de la religión, el pin parental o lo que debe o no debe explicarse en clase sobre información sexual, un grupo de estudiantes del instituto Álvarez Cubero de Priego de Córdoba ha dado una lección de educación, solidaridad y empatía a padres hipersensibles y políticos petardos. Un comportamiento digno de ensalzamiento, y es lo que me propongo hacer ahora.
Resulta que las limpiadoras del instituto y de medio centenar de otros pueblos de la comarca, llevan un mes en huelga para reclamar sus derechos: que no son otros que cobrar por su trabajo, ya que son varias las nóminas que se les deben y la paga de Navidad. A pesar de no haber cobrado todavía, Dori, Sagrario y Agustina decidieron volver al tajo. Ya se podrán imaginar -después de un mes sin limpieza- cómo estarían aulas y pasillos. Pero, al reincorporarse las limpiadoras, se han encontrado las clases limpias de basura, barrido el suelo y las papeleras vacías y un mensaje escrito con tiza en las pizarras que decía: "Por la dignidad de nuestras limpiadoras, hemos retirado la basura".
Un grupo de veinte niños, de doce a trece años, decidió voluntariamente ponerse manos a la obra, relata orgulloso el director del centro, y no es para menos con alumnos así. Se pasaron toda una mañana, escoba en mano, para hacer más llevadera la vuelta de las limpiadoras que llevan con ellos toda la vida. Las trabajadores emocionadas por la sorpresa, a pesar de que aún no han cobrado, dicen que este recibimiento les ha dado un subidón para seguir adelante con su tarea y con su lucha, que no será en vano, pues ya han dado una importante lección para la vida en esos chicos que les han mostrado cariño, respeto y dignidad.
De nada sirve el mucho saber y acumular conocimientos (eso ya está en la Wikipedia) si no aprendemos a respetar a los demás y a saber agradecer lo que otros hacen por nosotros. Estos chicos nos enseñan que nadie puede tener una buena vida sin recibir los cuidados de los demás.
