Los verdaderos héroes no llevan capa ni vuelan, van vestidos como el resto y viajan en metro. La prueba viviente de esta máxima es María López Sánchez (Huétor Santillán, 2000), una joven estudiante de Enfermería que ha salvado la vida de un niño que se estaba atragantando con un caramelo gracias a la maniobra de Heimlich. Los hechos tuvieron lugar el pasado 23 de noviembre en un vagón del Metropolitano de Granada, aunque no fue hasta el día de ayer cuando trascendieron, debido al orgulloso relato que el Instituto Aynadamar hizo de la hazaña de una de sus alumnas.
Fue en septiembre de este año cuando María comenzó a estudiar en el citado instituto el primer curso del grado medio en Cuidados Auxiliares y Enfermería. Poco después, el 16 de octubre, la joven de Huétor Santillán acudió, como parte de su formación, a una 'Cardiomaratón' consistente en varias Jornadas Masivas de Reanimación Cardiopulmonar. Fue allí donde María aprendió la maniobra que le ha convertido en una heroína, aunque, según reconoce ella misma, «nunca pensó que fuera a tener que utilizarla», y mucho menos «un mes más tarde de haber recibido aquella clase».