Las dos Españas de la Dependencia

El Congreso de los Diputados va a realizar obras en el hemiciclo por 258.000 euros para que el diputado Pablo Echenique de Unidas Podemos acceda a su escaño. Se va a instalar un elevador para que pueda llegar a su sitio en la segunda fila de las gradas, detrás del banco azul. Y eso está muy bien, pero, permítanme, que junto con la felicitación al Congreso por su sensibilidad, y mi felicitación al diputado Echenique que podrá ocupar su lugar en la cámara como cualquier otro elegido, me acuerde de las ochenta personas que cada día mueren en España con la ayuda por la Ley de Dependencia aprobada pero sin haber cobrado un euro. Son personas que no han tenido la suerte del diputado Echenique.

En España 260.000 personas están en lista de espera para ser evaluadas y poder beneficiarse de la Ley de Dependencia; en Andalucía 114.000. Lo dijo ayer en este programa la consejera de Igualdad de la Junta. También están las que esperan empezar a cobrar la subvención y hay listas para quienes aguardan una revisión del estado de su enfermedad. Y si tiro de las quejas de los oyentes a este programa tengo variedad de reclamaciones: desde el vecino que no ha conseguido que le rebajen la acera para entrar en su casa en silla de ruedas a los que esperan una tarjeta de aparcamiento para discapacitados y llevan meses haciendo cola. Eso sin entrar en las ayudas para ascensores en pisos antiguos con personas mayores y discapacitadas dentro, que desde hace mucho tiempo se cortaron sin fecha de continuidad.

Quizá, a los señores diputados no les lleguen las dificultades reales de la calle, pero si creen que con el elevador para Echenique ya cumplen, van muy equivocados. Puede que tranquilicen su conciencia y den visibilidad, pero la realidad es otra bien distinta. También en esto hay dos Españas: La accesible y confortable del Congreso y la de la lucha diaria por hacer una sociedad igual para todos que, por el momento, no lo es ni de lejos.