Encarnación murió en junio de 2017 a los 55 años, a causa de un tiro de pistola. El autor del disparo se entregó horas después en la comandancia de la Guardia Civil y confesó los hechos. Para entonces los cuerpos de seguridad ya llevaban tiempo buscándolo, alertados por la llamada de una vecina a la que el hijo de la víctima había contado lo ocurrido.
El presunto asesino, que entonces tenía 51 años, no tenía licencia para el arma que empleó esa noche. Ahora será un jurado popular el encargado de valorar ambos delitos y decidir la suerte del presunto asesino.