El Museo Ibero de Jaén acoge una exposición sobre el centenario de la declaración de la Cámara Sepulcral de Toya como monumento histórico-artístico. Es una pequeña muestra, auspiciada por el Ayuntamiento de Peal de Becerro, comisariada por la Universidad de Jaén y con piezas cedidas por el Museo Arqueológico Nacional.
La cámara sepulcral de Toya, de Tugia o de Peal de Becerro tiene 2.500 años y, desde hace un poco más de cien, está protegida. Cuando repararon en el valor patrimonial de aquel hallazgo, ya se habían sacado, vendido y dispersado buena parte del ajuar, de la decoración y los objetos simbólicos que albergaba su interior. Pero queda el monumento.
Esta exposición es muy pequeña, apenas unas piezas de los centenares que posee el Museo Arqueológico Nacional, libros y periódicos de la época y unos paneles que describen el descubrimiento, su expoliación, la gestión patrimonial y la mediación de la arqueología para conseguir su protección. Para los impulsores, esta muestra itinerante no busca otra cosa que ese reconocimiento llegue a muchos lugares.
La exposición se clausurará a mediados de enero. Después se trasladará a Peal de Becerro, Madrid, Granada y posiblemente a Calaceite, lugar de nacimiento del arqueólogo Juan Cabré, al que, en cierto modo, también se le homenajea con esta muestra.