Una malagueña dura de roer

Celia Villalobos, ha sido siempre en el su partido, desde 1986 un hueso duro de roer. Empezó en ese año como diputada de la extinta Alianza popular, y su historial está lleno de éxitos políticos pero también de frases y situaciones polémicas. Su estilo verbal desenfadado y sencillo la han puesto a veces en delicadas situaciones, mientras esperaba a su chófer en la puerta del congreso.

O en plena crisis de las vacas locas, cuando siendo ministra de sanidad en el año 2000 desaconsejó el caldo de hueso de vaca. Sus alegrías políticas van unidas a la ciudad de Málaga que gobernó a principios de los 90, y al Congreso donde batalló a veces contra su partido por cuestiones como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Juegos políticos y virtuales que le costaron más de un disgusto. Pero su costumbre es decir lo que piensa

Ahora el PP o se queda sin esa voz polémica con acento andaluz, el de una malagueña de 69 años que tras una vida dedicada a la política, deja su partido porque perdió-dice-un congreso el que eligió a Pablo Casado como Presidente.