Flores amarillas y caras conocidas animan el debate

Lo más llamativo de la sesión de investidura fue la llegada de los 14 parlamentarios de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) con sendos ramos de margaritas amarillas, en clarísima referencia a los presos independentistas. La ausencia de estos políticos encarcelados tiene repercusión en los escaños, ya que cuatro de ellos, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez están suspendidos. Por eso, en el Congreso hay 346 diputados en activo de los 350 existentes.

El hecho de que la negociación para la formación de un Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos siga abierta es, si cabe, el mayor atractivo de la sesión. De ahí que en la entrada de sus señorías había un runrún de cómo quedaría finalmente el Ejecutivo. Quizás por eso, la tribuna de invitados estaba bastante animada. Sobresalía en ella la presencia de Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez. También destacaban los padres del presidente en funciones. Así como varios presidentes autonómicos socialistas como Ximo Puig (Comunidad Valenciana) o Francina Armengol (Baleares). Susana Díaz, líder de los socialistas andaluces compartía igualmente el espacio destinado a los invitados.