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El color de Matisse, nueva exposición temporal en el Museo Thyssen de Málaga

En 1940, el editor de origen griego Tériad escribió una carta a Henri Matisse en la que le confesaba que "soñaba" con un libro "sobre el 'color Matisse'", y el resultado fue una veintena de láminas que se muestran desde este jueves en la nueva exposición temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga.

11 octubre 2018

Ocurrió en un momento difícil para Matisse, cuando había sido operado de cáncer y, postrado en una silla de ruedas, se vio obligado a dejar los pinceles y coger las tijeras para recortar papeles y crear composiciones llenas de color y de vitalidad.

"Comenzó a trabajar con las tijeras y se sentía como un escultor esculpiendo la roca, porque le concedía al color la misma fuerza de algo sólido", ha destacado hoy Lourdes Moreno, directora artística del Museo Carmen Thyssen.

Al ser operado, el médico dio a Matisse seis meses de vida, el pintor, "medio en broma", le pidió cuatro años para tener tiempo de completar su obra y finalmente vivió trece años más, hasta 1954.

"En ese periodo Matisse se reinventa, es un renacer, casi como el ave fénix, con una producción a la que le historiografía no le ha hecho mucho caso, pensando que su gran producción la había hecho cuando gozaba de buena salud", ha señalado Moreno.

El artista recortaba estas figuras con tijeras, un grupo de ayudantes coloreaba las imágenes en la pared de su estudio según sus órdenes, a continuación se conformaba un "collage" y sobre ello se sacaba una plantilla que a continuación se iba imprimiendo.

Estas láminas se iban a publicar inicialmente en la revista "Verve", fundada por Tériad, pero cuando éste contempla las obras, decide editar con ellas un libro especial.

"Tériad dijo que estas obras tenían melodía y ritmo, eran como una sinfonía libre y por eso titula 'Jazz' el libro, que para él era el libro más importante en cuanto al color que se había publicado en el siglo XX", ha apuntado la directora del Museo.

Se imprimieron en 1947 primero cien ejemplares y después otros 250 con textos, y de la primera edición Matisse regaló copias a numerosos museos como el MOMA de Nueva York o al Museo Fabre de Montpellier, que ha prestado las láminas para esta exposición en Málaga.

"Matisse lo consideraba una obra cumbre y muy especial", según Moreno, que ha añadido que estas láminas culminan la producción del pintor francés, porque "aúnan la abstracción y la realidad mediante el color".

En ellas hay personajes circenses, elementos vegetales y también una figura mitológica como Ícaro, "que en Matisse alcanza un valor poético y se convierte en un acróbata más del mundo del circo".

"Decía Matisse que por fin había conseguido la alegría de vivir, algo por lo que había trabajado cincuenta años", ha afirmado la directora del Museo, que ha resaltado la energía de estas obras creadas por un hombre de más de 70 años gravemente enfermo.

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