LA VOZ DE VIGORRA
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LA VOZ DE VIGORRA

El campo reivindica, el gobierno les pide que aprieten y la paciencia de la gente peligra

JESUS VIGORRA 19 febrero 2020

Sé algo de la tierra y de sus gentes. Conozco aquella en su ternura y en su dureza y conozco a los hombres del campo desde mi infancia, hechos al polvo y la pena, trabajando de sol a sol, surco va y surco viene, en verano con la hoz y en invierno con el azadón. Vino luego la mecanización y con ella el desarrollo, y el trabajo se hizo más llevadero.

La entrada en Europa supuso la dignificación profesional y las subvenciones agrarias, pero aún así rara es la semana que no hay alguna víctima de trabajadores en el tajo, justamente dos en las últimas horas, uno en Jaén con un tractor (la de trabajadores que han perecido bajo sus ruedas) y otro electrocutado en un naranjal de Peñaflor, Sevilla. En el campo se vive como se puede, malamente; se mantiene malamente la esperanza y, en este momento, nadie sabe de qué. Por eso las carreteras son una riada de agricultores gritando que ya no pueden más.

Ellos tan pegados la tierra, ¿qué no estarán padeciendo para echar una día y otro la peoná en el asfalto? La semana pasada en Córdoba y Antequera, ayer en Cádiz y Almería, hoy camino de Granada a donde llegarán desde cinco rutas que significan otras tanta carreteras cortadas, colapso el cinturón de la ciudad y multitud de conductores cabreados. Mientras tanto, el vicepresidente del gobierno les dedica unas palabras insensatas que ni él entiende. Pablo Iglesias les aconseja que sigan apretando, que la gente está con ellos y entienden sus protestas. ¿Y con eso qué hacen? ¿Puede eso resolver los precios ridículos que están percibiendo? Esta salida de pata de banco, como otras tantas culpando a las grandes cadenas alimentarias, está generando unas expectativas imposibles y falsas esperanzas.

En la era del low cost, ¿alguien cree que los super van a competir por la excelsitud como premio a los agricultores? ¡Tururú! La situación no es fácil, y como esto será largo, los agricultores deberían pensar en no colmar la paciencia de los que llevan días sufriendo sus protestas (que no son los dueños del Mercado) no sea que toda la consideración que hoy despiertan se vuelva animadversión con sus pepinazos.

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