Córdoba
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Jesús León, de las nubes al barro

El presidente del Córdoba, detenido este jueves por la Guardia Civil, ha llevado al club al desmoronamiento absoluto. 

Lleva cinco meses desaparecido.

La plantilla denunciaba esta semana los impagos de sus nóminas.

8 noviembre 2019

Veintidós meses para una mutación. En junio de 2017, Jesús León era aclamado en El Arcángel después de que el Córdoba goleara al Sporting de Gijón (3-0) para sellar una milagrosa permanencia en Segunda División, pero este jueves ha sido arrestado por la Guardia Civil por supuestos delitos societarios.

Tras lograr aquella salvación, León era un feliz presidente y propietario de un club histórico que había adquirido pocos meses antes a Carlos González, el hombre bajo cuyo mandato -siempre rodeado de polémicas- logró la entidad andaluza un ascenso a Primera División tras 42 años, aunque luego todo fue a peor.

Este jueves el juez decidió su traslado a las dependencias de la Guardia Civil tras más de cinco horas de registros en las oficinas del Córdoba y las de la Fundación del club -que preside su esposa, Isabel Madueño-, ambas enclavadas en el estadio El Arcángel, y en el propio domicilio particular de un rector caído en desgracia.

Está acusado de presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción y blanqueo de capitales.

Jesús León López (Montoro, Córdoba, 1978) es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Se fue de su pueblo a Madrid con 18 años, se licenció con 23 y con apenas 27 años ya era director en Cataluña de Sacyr, de donde saltó a Abengoa.

Desde 2009 comienza a realizar inversiones ligadas, generalmente, a la compra de empresas que atraviesan dificultades económicas. Su adquisición estrella fue Grucal, una constructora a la que cambió el domicilio social para trasladarla a Córdoba.

El fútbol le empezó a interesar en 2013, cuando su nombre sonó como posible comprador del paquete accionarial de Carlos González en el Córdoba, pero terminó en el Sevilla FC, después de adquirir un porcentaje de acciones al expresidente de la entidad hispalense José María Del Nido.

Fue consejero del club de Nervión en una etapa de esplendor deportivo y se marchó en 2015, volviendo a revender sus acciones a Del Nido. Entonces volvió a mirar a Córdoba, donde planeaba convertirse en dueño del club de fútbol y construir una Ciudad Deportiva.

En enero de 2018 compró a Carlos González el 98,7 por ciento de las acciones del Córdoba por 9,5 millones de euros, pero no terminó de pagarlos y la propiedad se está dirimiendo en los juzgados.

Un descenso de categoría del Córdoba tras doce años en el mapa del fútbol profesional supone la mayor mancha en la gestión deportiva de Jesús León, que nunca consiguió armar un proyecto de garantías.

Su principal apoyo a su llegada a la entidad andaluza fue Luis Oliver, que pilotó una operación de fichajes en el mercado invernal de la campaña 2017-18 para relanzar a un Córdoba al que muchos daban por descendido.

Con José Ramón Sandoval al frente del banquillo y el tristemente fallecido José Antonio Reyes como ídolo en el campo, el Córdoba protagonizó el mejor final de Liga de su vida para sumar 32 puntos en 16 jornadas y salvar su plaza en Segunda.

Desde ese momento, el desmoronamiento de club ha sido absoluto. Han pasado directores deportivos como Oliver, Rafael Berges o Alfonso Serrano y hasta siete entrenadores en menos de dos años. A Sandoval lo descartó tras la salvación y lo volvió a contratar unos meses después tras la dimisión en verano de Francisco Rodríguez.

Los jugadores no cobraban, el club tenía bloqueados los derechos federativos y la campaña 2018-19 fue una cadena de desastres que concluyó con el descenso a Segunda B.

El embargo de los ingresos por parte de los acreedores, la acumulación de procesos judiciales y las deudas erosionaron la figura de Jesús León, que lleva más de cinco meses desaparecido de la escena pública y que no asistía últimamente al palco de El Arcángel al ser sancionado con cuatro partidos por insultos y amenazas a un árbitro en la localidad gaditana de Algeciras.

La aparición de la Guardia Civil en El Arcángel para registrar las oficinas y su detención son el capítulo final a una caída vertiginosa del joven empresario cordobés que quiso hacer grande al club de su tierra y ha terminado dejándolo en una situación crítica.

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