¡Dejen a los médicos trabajar en paz!

Dos médicos del servicio de Urgencias del centro de salud de La Longuera, en Chiclana, han sufrido una agresión física cuando prestaban servicio durante la madrugada del martes. En el otro extremo de Andalucía, el Sindicato Médico de Almería ha reclamado a la Fiscalía Provincial la creación de un fiscal especializado en agresiones al personal sanitario, debido a su incremento en lo que llevamos de año y a lo que ha calificado como una epidemia de violencia.

Estas agresiones a médicos, ATS y celadores en sus puestos de trabajo, -para vergüenza nuestra- vienen siendo sucesos frecuentes en nuestra tierra. Lo que ha llevado a colgar un cartel en los centros de salud con esta advertencia: "Ante cualquier amenaza, coacción o agresión física o verbal se cursará la pertinente denuncia por la vía penal, pudiéndose castigar estas acciones con penas de cárcel".

Además, en estos pasquines se avisa que los centros disponen de medidas de seguridad, entre las que se incluye la conexión directa con la Policía. ¿Con que ánimo puede entrar un médico en su consulta tras ver esta leyenda en la puerta? ¿Que actitud tendrán estos profesionales sabiendo que esta semana agredieron a unos compañeros en Chiclana, o que la semana pasada les pegaron en un centro de salud de Guadalhorce? De una sociedad que no respeta a sus médicos, o a sus profesores, no se puede esperar tampoco que ame a sus niños. Los sanitarios son profesionales que nos cuidan y nos curan, y mientras esos cartelitos cuelguen de las puertas de las consultas con esa leyenda negra, los médicos no podrán estar tranquilos, ni tampoco deberíamos estarlo nosotros. Y sepan los bravucones que se alzan contra ellos que nadie tiene una buena vida sin recibir los cuidados de los demás.