Fallece el mítico dramaturgo andaluz Salvador Távora

El dramaturgo Salvador Távora ha muerto este viernes en Sevilla a los 88 años

Nacido el 3 de abril de 1930, es considerado renovador del teatro andaluz

Distinguido con la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro a las Bellas Artes

Hijo Predilecto de Sevilla y Premio Max de Honor en 2017

CANAL SUR MEDIA 8 febrero 2019

El dramaturgo Salvador Távora ha muerto este viernes en Sevilla a los 88 años. Nacido el 3 de abril de 1930, el dramaturgo y director teatral es considerado renovador del teatro andaluz y había sido distinguido con la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro a las Bellas Artes. Siempre ha destacado en su trayectoria por su compromiso social y su implicación con teatro.

Hijo Predilecto de Sevilla recibió numerosos reconocimientos y galardones durante su trayectoria, como el Premio Max de Honor en 2017.

El dramaturgo se encontraba "delicado de salud" desde hace unos meses pero se encontraba aún "con mucha fuerza", según han explicado algunos allegados.

Salvador Távora fue el creador de la compañía "La Cuadra", cuyas obras han realizado más de 5.000 representaciones y vistas por más de 3.000.000 de espectadores, en 35 países, y se han representado en 180 festivales internacionales.

"La Cuadra" abrió en 2007 el Teatro Salvador Távora en su barrio sevillano del Cerro del Águila, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento de Sevilla y que prácticamente le llevó a la quiebra hasta el punto de que tuvo que ser una cooperativa de trabajadores la que salvara el teatro del embargo bancario.

Távora nació en el Cerro del Águila, fue cantaor de flamenco, soldador en la extinta fábrica de Hytasa, además de torero, aunque fue en el teatro donde triunfó. 

40 AÑOS SOBRE LOS ESCENARIOS

Su experiencia como mecánico de una fábrica de tejidos, como torero y su concepto del flamenco y su función social han provocado en el creador versatilidad como autor, dramaturgo, actor y director, uno de los más influyentes en la escena andaluza e internacional desde la década de los años 70, tal como se indicaba desde la organización de los Premios Max en la edición en la que fue reconocido.

En 1971, concibe y elabora Quejío, espectáculo donde arremete contra el academicismo. Presentado en Madrid y en la Sorbona de París, el montaje sorprendió por la dignidad de su compromiso social y su singular lenguaje teatral. A partir de ese momento, la vida y el nombre de Salvador Távora quedan ligados a La Cuadra de Sevilla, grupo de teatro cuya actividad alimenta durante 45 años, creando para él 26 obras que han sido portavoces de una cultura específicamente andaluza, con las que llevaron su sentir a lo largo de más de 5.000 representaciones, ante más de 3.000.000 de espectadores, en 35 países y 180 festivales internacionales.

Entre sus trabajos más relevantes como autor y dramaturgo en La Cuadra caben destacar también 'Los Palos' (1975), 'Herramientas' (1977), 'Andalucía amarga' (1979), 'Nanas de espinas' (1982), 'Las Bacantes' (1987), 'Alhucema' (1988), 'Identidades' (1994), sus afamadas 'Carmen' (1996) y 'Don Juan en los ruedos' (2000), ambas aún en cartel, o las más recientes 'Yerma, mater' (2005), 'Flamenco para Traviata' (2007), 'Rafael Alberti, un compromiso con el pueblo' (2010), y 'Memoria de un caballo andaluz' (2012). En febrero pasado reestrenó una reposición de su primer espectáculo, 'Quejío', en el Teatro Salvador Távora que actualmente dirige.

Además de los espectáculos de su propia compañía, el creador sevillano también montó la coreografía de la ópera 'La Traviata', dirigida por Nuria Espert (1989); creó y dirigió 'Pasionaria 'No pasarán!' (1993), sobre un texto de Ignacio Amestoy, para el Teatro Gasteiz; y creó y dirigió la novedosa coreografía dramática 'Cachorro' para José Antonio y los Ballets Españoles (1993).

Su lenguaje teatral se caracteriza por haber introducido en los escenarios el valor poético de las máquinas, de las herramientas, de las frases visuales del color, de la sorpresa y la belleza de los animales, de la armonía del ritmo en los objetos, de la simetría poética, y una buena parte del universo sonoro y dramático del andaluz, como los pasodobles, las marchas procesionales, las corales populares, el olor de los rituales o el riesgo y el estremecimiento de las corridas de toros.

Entre sus numerosos premios, se encuentran la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1985), el Premio Andalucía de Teatro (1990), Andaluz del Año (1993) por la Federación de Entidades Culturales Andaluzas en Cataluña, la Creu de Sant Jordi (1997), el Premio de Honor del Teatro Andaluz (2013), otorgado por la Asociación de las Artes Escénicas de Andalucía, en colaboración con la Fundación SGAE, o el Premio de la Asociación de Directores de Escena de España (2015) o su ingresado como Miembro de Honor en la Academia de las Artes Escénicas de España. Hijo predilecto de Sevilla (1997), el Ayuntamiento hispalense acordó por unanimidad rotular una calle con su nombre.

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