Doris Day, el adiós de una de las reinas del Hollywood de los 50 y 60

Poseía los ingredientes perfectos: realismo y una naturalidad que hizo que representara como nadie el cine norteamericano de posguerra.

No llegó a ser la novia de América pero sí la perfecta vecina de al lado. De esta forma le gustaba sentirse, cercana.
En la década de los cincuenta encontró un nuevo filón en su carrera. En un segundo plano dejó las comedias musicales para protagonizar historias románticas, de camas separadas de la época junto al galán del momento, Rock Hudson.

“Confidencias a medianoche”, fue un título que funcionó muy bien gracias a la química que había entre ellos. Un trabajo por el que la actriz, logró su única nominación al Óscar.

Atrajo tanto a hombres como a mujeres. Doris Day, se ciñó a su personaje de rubia dulce, amable, algo santurrona, centinela de su recato, durante sus años de estrella.

Personaje, persona, eterno equilibrio entre talento y calma.