Las altas temperaturas pueden suponer un riesgo para la salud, por lo que recomienda una serie de conductas para prevenir posibles efectos negativos asociados al calor.
Los niños, mayores y enfermos son las personas más sensibles ante las subidas de temperatura, por lo que hay que prestarles una especial atención, ya que su capacidad de adaptación a los cambios climáticos es inferior, por lo que corren más riesgo de sufrir deshidratación o un golpe de calor.
Se deben evitar, en la medida de lo posible, las salidas y las actividades en las horas de más calor, como el deporte, la jardinería, el bricolaje, etc. Si hay que salir a la calle, hay que buscar la sombra y siempre protegidos por ropa ligera, amplia y de color claro, sombreros, gafas de sol y crema de alta protección solar.
Hay que beber lo más posible, incluso sin sed. La mejor bebida es el agua, a temperatura ambiente, no demasiado fría.
Los zumos de fruta, la leche, o sopas frías como el gazpacho ayudan a estar bien hidratados y no se deben consumir bebidas alcohólicas.
En casa, es aconsejable cerrar bien las ventanas, cortinas y persianas y abrirlas por la noche para facilitar el paso del aire. También se debe usar el ventilador o el aire acondicionado y, si no se tiene, permanecer en las estancias más frescas de la casa.
Otra buena opción es tomar baños o refrescarse la piel habitualmente para reducir la temperatura del cuerpo.
Si vamos a desplazarnos en coche, no dejaremos nunca a nadie (tampoco a las mascotas) en el interior de un vehículo cerrado, ni siquiera un momento, indica la fuente.
En caso de cualquier emergencia, llamar siempre al teléfono 1-1-2, un servicio público, gratuito, disponible las 24 horas, los 365 días del año.