Al paisaje poco agradable se suma el mal olor que desprende el lugar.
En un pueblo de la sierra de Sevilla hay casas con vistas al cementerio. Unos vecinos de Castilblanco de los Arroyos están hartos de ver tumbas desde sus viviendas.
Protestan por la ampliación del camposanto, que ha acercado el nuevo muro limítrofe a 15 metros de sus casas. Al paisaje poco agradable se suma el mal olor que desprende el lugar.