Beatificación del sacerdote Arnaiz, marcada por la lluvia
Cientos de fieles han seguido la ceremonia celebrada en la Catedral de Málaga. La previsión de lluvia ha deslucido el seguimiento del acto fuera de la basílica.
El jesuita Tiburcio Arnaiz, religioso que murió en 1926, es muy apreciado en Málaga por su labor educativa y su apoyo a los desfavorecidos. La etapa en esta ciudad andaluza fue fundamental en su legado, pues llegó a ser conocido por el fomento de la devoción al Corazón de Jesús y su afán por acercarse a los pobres.
El milagro que lo está llevando a los altares se produjo mucho después de su muerte. Un malagueño sufrió un infarto y una hermana suya rezó mucho al padre Arnaiz. Finalmente, el hombre sobrevivió y goza de buena salud.
El acto de beatificación ha sido presidido por el cardenal Angelo Becciu y se ha llevado a cabo en la catedral. En el exterior, varios cientos de personas seguían la ceremonia con pantallas gigantes.
