La crisis golpea a la venta ambulante

Las medidas de apoyo del Gobierno al sector comercial no despejan dudas sobre el presente y el futuro de muchos de sus autonómos o pequeños empresarios.

A los comercios cerrados por el decreto del Estado de Alarma, se une la actividad de los vendedores ambulantes. Denuncian que muchos de ellos salieron del sector con la última crisis y que no saben cuántos van a poder seguir trabajando después de ésta.

Todo está igual. Todo está vacío. Este recinto ferial de Jaén también tenía mucha vida los jueves, como muchas calles y plazas de los cerca de ochocientos pueblos andaluces en el día del mercadillo. No hay tiendas, no hay comercio físico; tampoco hay este tipo de venta ambulante.

Hace diez años, el número de vendedores ambulantes en Andalucía superaba los 40.000, entre ellos estaban los que venden en mercadillos, los que lo hacen mediante la venta callejera y aquellos otros itinerantes que asisten a pueblos y aldeas alejadas de los grandes núcleos.

Después de la última crisis económica y de las distintas regulaciones del sector, sus representantes no aclaran cuántos pueden quedar, pero aseguran que muchos se han ido cayendo en el camino, sobre todo, durante los últimos tres años.

Aparte de lo logrado hasta ahora, pedirán lo que llevan pidiendo desde octubre pasado, que bajen las tasas por ocupación de la vía pública. Insisten en que no es porque no quieran pagar, sino porque no pueden hacerlo.