La ruina acecha a la flota de Tarifa
La reducida dimensión de sus 45 barcos no garantiza la seguridad sanitaria de sus trabajadores, por lo que se han quedado en tierra.
La crisis del coronavirus da la puntilla a la flota pesquera de Tarifa. La reducida dimensión de sus 45 barcos no garantiza la seguridad sanitaria de sus trabajadores, que se mantienen en tierra. 250 familias dependen de la pesca en la localidad gaditana, dedicada a la captura de dos especies de alto valor económico: el voraz y el atún rojo.
La flota estaba casi en dique seco antes del estado de alarma. Sin cuota para el atún rojo capturado a anzuelo y con las redes para la del voraz, el llamado, besugo de la pinta, los pescadores también se han encontrado con el problema del alga invasora rugulopterix okamurae.
Tanto el voraz y como el atún rojo que capturan con línea de mano, o sea, un anzuelo, un pescado, son productos de alto precio en el mercado. Y los hogares no están para grandes dispendios económicos. Y los restaurantes cerrados. El término desesperación se les queda corto. La situación que viven ya ha sido trasladada a la Junta y el Gobierno central.
