Hace diez años comenzó la obra forzado por la crisis de la construcción.
Muchas veces las historias más extraordinarias están protagonizadas por personajes anónimos. En este caso es la historia de Ricardo Almazán, que perfectamente podría pasar por Juan Palomo, aquel del "yo me lo guiso, yo me lo como". Ricardo es un ingeniero y piloto comercial de Linares que construye en solitario un bloque entero de pisos. Tras la crisis de la construcción, lleva casi una década trabajando sólo en esta obra. Y piensa terminarla.