En Torremolinos, un chiringuito asa sardinas y otros pescados en su barca y los lleva donde el cliente le indique
Los espetos se transportan en envases especiales que conservan el calor
El confinamiento ha servido para agudizar la imaginación. Por eso, al dueño de un chiringuito se le ha ocurrido llevar a casa el pescado asado en su barca.
También quiere acabar con la idea de que solo se pueden comer espetos al borde del mar, porque en casa también saben muy bien.
Esta "apertura" del negocio ha tenido mucho éxito entre sus clientes que añoraban ese sabor tan característico y malagueño.
Los espetos se transportan en envases especiales que conservan el calor.