TRIUNFO DEL BALONCESTO ANDALUZ
TRIUNFO DEL BALONCESTO ANDALUZ

El Unicaja supera la maldición y vuelve a semifinales de la Copa

Unicaja supera al Casademont Zaragoza in extremis 90-86

El equipo malagueño regresa a semifinales de la Copa del Rey cinco años después

15 febrero 2020

El Unicaja alejó fantasmas en su debut copero y, de la mano de un proverbial Alberto Díaz y con suspense hasta el final, quebró la resistencia de un bravo Casademont Zaragoza que dominó durante muchos minutos y demostró por qué es el equipo revelación de la Liga (90-86).

El base malagueño, con 15 puntos, incluidos cuatro triples en los momentos claves del choque y su habitual férrea defensa, levantó a un grupo que anduvo sin rumbo durante la primera mitad y reaccionó a tiempo contagiado de su garra, para regresar a unas semifinales cinco años después.

Para culminar la revancha de la Copa de 2014 y aparcar de momento la maldición del anfitrión, el equipo andaluz tuvo que remar contracorriente durante gran parte del partido, sobre todo para frenar la exhibición de un DJ Seeley letal, que acabó como máximo anotador, con 29 puntos.

La última eliminatoria de cuartos de final arrancó con los aragoneses mordiendo en defensa y con las ideas mucho más claras en ataque. Enfrente, los malagueños, con una marcha menos, eran un manojo de nervios y acumulaban imprecisiones y pérdidas.

La diferencia era apreciable en uno y otro bando. El Casademont disfrutaba y dominaba bajo aros ante la endeblez de Volodymir Gerun y Deon Thompson. También imprimía velocidad a su juego para desbordar la dubitativa defensa de un rival que sobrevivía gracias a la inspiración del estadounidense Josh Adams.

Seeley, desde el triple, cerró el primer cuarto como máximo anotador (9 puntos) y principal preocupación para los anfitriones, obligados a pararlo para evitar sorpresas (18-23, min 10).

Luis Casimiro tiró de banquillo y formó un quinteto con cuatro españoles y Thompson que, a falta de acierto exterior, al menos luchaban por cada balón y lograron dar alcance a un conjunto aragonés que no se arrugaba y se resistía a ceder el mando del partido, comandado por un Seeley que anotaba todo lo que lanzaba.

Tuvo que ser Alberto Díaz el que, tras una jugada de 2+1, diese la primera ventaja a los suyos tras 14 minutos de juego frenético (33-31). Rubén Guerrero también empezó a hacer daño en la pintura, ayudado por el omnipresente Carlos Suárez.

Pero el perímetro seguía dando oxígeno a los pupilos de Porfirio Fisac, que resistían las acometidas de un Unicaja en el que su desacierto exterior y la inspiración de Seeley -que sumó 18 puntos en la primera parte- eran sus principales preocupaciones.

Una desafortunada autocanasta de Rubén Guerrero al luchar por un rebote cerró los primeros veinte minutos con el Casademont siete arriba. Los triples empezaban a ser una losa para los andaluces que al descanso solo llevaban 4 aciertos de diecisiete lanzamientos y solo habían ido por delante durante doce segundos (41-48, min 20).

La segunda parte arrancó con la misma espesura en el ataque malagueño. No metían ni una los cajistas y, con Gerun y Thompson regalando rebotes, la cosa empezó a ponerse muy fea.

Hasta que, tras cuatro minutos de sequía, de nuevo Díaz rompió la racha con un triple y activó a sus compañeros, que empezaron a fajarse atrás. Adams, culminando un contraataque, y Toupane con otra canasta de tres, devolvieron la igualdad al marcador y obligaron a Fisac a parar el partido para frenar la sangría (53-54, min 25).

Brizuela culminó un parcial de 10-0 que no achantó al Casademont porque Benzing silencio el Martín Carpena con un triple cargado de sangre fría en el siguiente ataque. A partir de ahí, los empates se sucedieron en una batalla que ganaba en intensidad con el paso de los minutos.

Coincidiendo con el final del tercer cuarto, el Unicaja empezó a enchufar todo lo que había fallado anteriormente. Fue clave, un día más, Alberto Díaz, que sumaba en ataque y contagiaba su espíritu guerrero atrás, lo que fue haciendo mella en los zaragozanos (69-63, min 30).

Los anfitriones sufrían para conservar su ventaja, pero lo lograban a base de una férrea defensa, los puntos de Guerrero y las buenas decisiones en ataque de todo el equipo. Con ocho puntos de colchón y 5.24 parecía que se iba despejando el panorama, pero Seeley se encargó de bajar los humos con su cuarto triple.

Radovic ahondó en la herida y puso a su equipo a uno metiendo el miedo en el cuerpo a casi todo el Unicaja, porque el base malagueño no se cortó y, con un nuevo acierto desde la línea de 6,75, devolvió las aguas a su cauce.

El Casademont, fiel a su tradición, siguió intentándolo, pero fue incapaz ya de frenar la inercia cajista y acabó rindiéndose ante un Díaz que salió del Martín Carpena aclamado por una afición malagueña que también supo premiar con una ovación el esfuerzo de los aragoneses.

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